Oración De La Mañana

Oración De La Mañana

¿Como es la oración de la mañana?

Bendito Padre omnipotente,
te agradezco por este nuevo día,
ya que con el nacer del sol, con mi despertar y con mi andanza por él,
tengo la ocasión de estar más cerca de ti, de ser mejor servidor de lo que fui ayer.

Te agradezco por la familia en que me has puesto,
por mis amigos que me guían por el bien
y todo aquello que lleva por el camino hacia ti, que representan algo positivo en mi vida.

Glorifica con tu Santo Espíritu, Señor,
cada uno de mis pasos, para que sea ejemplo de tu buen corazón
a todos los que en sendero encuentre.

Glorifica con tu Santo Espíritu, Señor,
mi lengua, mis labios y mi voz,
para que ellos sean defensores de tu palabra y transmisores de la misma.
Funde en mis manos tu santa sangre, Señor,
que estén repletas de tu divina obediencia, para que mi empleo sea bendecido.

Que sea tu dicha la que toque mi corazón, y sea cadena universal el saber que soy tu fiel servidor,
y de dicha manera ser un instrumento de tu divina paz.

Pongo en tus manos todo lo que hoy soy y lo que seré,
para que me moldes a tu imagen y preferencia,
de tal manera de ser semejante a ti, por el bien de tu pueblo,
y para que tu nombre sea glorificado en cada lugar que atraviese.

Te lo pido en el nombre del Padre, del hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Al comenzar el día

Señor Dios todo poderoso, gracias te doy por este nuevo día, ya que con este nuevo día tengo la oportunidad de acercarme mas a ti, y de servirte mejor que ayer.

Gracias te doy por mi familia, mis amigos y por todas las cosas que ya has puesto enfrente de mí para mi bien.

Santifica Señor por medio de tu Santo Espíritu, cada paso que yo de, para que a través de ellos de muestra de tu gloria y poder a los que encuentre por el camino.

Bendice Señor Jesucristo mis labios para que den testimonio de tu misericordia y amor; unge Señor Jesucristo mis manos con el perfume de tu Santa Obediencia a la Ley, para que estas bendigan mi labor; abre mis ojos para que vean tu esplendor y así poder tenerte como luz que de claridad a todas las decisiones que hoy tome.

Que por tu gracia mi corazón se regocije dé tal manera que todo el universo sepa que soy tu siervo, y así humildemente servir como instrumento de tu Divina Paz.
Te entrego mi corazón, mis pensamientos y todo mi ser para que los transformes a tu Imagen, y así poder yo ser mas como tu por el bien de tu pueblo, y para la gloria de tu Santo Nombre. Te pedimos esto en el Santo nombre de Jesucristo nuestro Señor.Amén.

Oración de la mañana al levantarse

Señor, Dios todopoderoso, que nos has hecho llegar al comienzo de este día: danos tu ayuda para que no caigamos hoy en el pecado, sino que en nuestras palabras, pensamientos y acciones sigan el camino de tus mandatos.

Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, quién contigo vive y reina en unidad con el Espíritu Santo, por los siglos de los siglos.

Amén.

Salmo 5
Al tocar la luz del día mis ojos, Señor,

mi corazón se levanta hacia tí en busca de tu mirada.
Escucha las palabras de quien siente la vida de nuevo,
y estate atento, Señor; cercano a mi mano abierta,
Dá respuesta a mi pregunta; ayúdame en mi inquietud,
tú que eres mi Señor, en quién yo confío.

A tí abro mi ser, mis ganas de vivir, mi despertar;
de mañana en tus manos pongo mis miedos, mis ilusiones;
de mañana, en tus ojos pongo la pureza u sinceridad
de mi búsqueda.
de mañana en tu camino, quiero dirigir mis pasos.
Oye mi voz, Señor, tu que eres bueno y compasivo
y alienta mi vida que busca en tí luz y calor.

Mira, Señor, mi corazón pobre, que como un gorrioncillo
busca abrigo en tus manos, toma mi arcilla
y moldéala según los proyectos que tienes para mí este día
Quiero estar ante tus ojos y dejarme penetrar por tu mirada;
delante de tus ojos, Señor, me siento pequeño y frágil.
Derrama al comenzar la mañana tu ternura y tu bondad
para que mi corazón se sienta fuerte y animoso.

Señor, aparta de mi camino el mal que me rodea,
y no dejes que este día la mentira se adueñe de mí.
dame mansedumbre y humildad para que mi corazón, Señor,
no sea hoy violento ni haga juego sucio a nadie.
Confío en la abundancia de tu amor y camino hacia tí
firme de que me acoges en tu casa. Haz. Señor,
que camine hoy en tu presencia y que tema apartarme de tí.

Guíame, Señor, tu que eres bueno y santo;
guíame hacia la luz y que camine como hijo de la luz;
guíame y allana mi camino para que sea fiel a tu ley.
y tu camino, Señor, Sea hoy la pasión de mi corazón joven,
y que tu Espíritu Santo me ayude en cada paso.

Que mi boca, Señor, sea hoy la expresión de mi interior;
que mis palabras arranquen de lo profundo y sean verdaderas.

Señor, dame un corazón limpio para que te pueda ver,
Señor, dame un corazón de pobre para que viva hoy tu reino,
Señor, dame un corazón misericordioso, para que derrame misericordia,
Señor, dame un corazón lleno de paz, para que sea hijo tuyo,
Señor, dame un corazón que tenga hambre y sed de justicia
para que sea saciado y haga tu voluntad;
Señor, dame un corazón manso para que posea la tierra,
Que mi corazón se alegre y se regocije hoy,
porque todo lo espero de Tí Dios mío.

A tí me acojo, Señor, al comenzar el día, protégeme.
En tí pongo mi confianza como un niño en su made, ayúdame.
A tí abro mis proyectos y los planes de este día, acompáñame
A tí ofrezco lo que soy y lo que tengo, acógelo.
A tí que eres Dios de la vida, te pido fuerza, anímame.
Mi corazón te ama y, lleno de gozo exulta en tí.

Bendíceme , Señor, guíame por el camino justo;
como un gran escudo defiéndeme, sé mi fortaleza.
Que tus alas, Señor, me cobijen y guarden
mientras yo voy viviendo el día de hoy.

La Oración Siempre En Primer Lugar
«Mas él se apartaba a lugares desiertos, y oraba.» (Lucas 5:16)

La oración es el fundamento de tu vida cristiana personal y también lo es de tu ministerio en la iglesia. Así como los cimientos de un edificio lo refuerzan y aseguran, la oración te da algo firme en lo que descansar. Está claro que por eso satanás trabaja sin parar para mantenerte ocupado y para distraerte a fin de que pierdas la comunicación diaria e íntima con tu Padre celestial.

Pero hubo una persona contra la que satanás no pudo avanzar cuando buscó interrumpir Su vida de oración: Jesús. Y Él es el gran ejemplo de cómo debería ser tu vida de oración. Comenzó y terminó Su ministerio público en oración.

En Marcos, capítulo uno, en uno de los días más ajetreados de Su vida, leemos que Jesús se levantó antes del amanecer para orar. Lucas escribió que «Él se apartaba para orar» (Lucas 5:16). ¡Formaba parte de Su rutina diaria! En el Huerto de Getsemaní, oró con una intensidad que ninguno de nosotros conocerá jamás.

¡No es de sorprender que los discípulos le preguntaran cómo había que orar! ¿Cuál es la importancia de la oración? Veamos a Pedro.

Precisamente las oraciones de Cristo impidieron que éste se derrumbara después de negar a su Señor; Sus plegarias lo rescataron y llegaron a convertirlo en un líder de la iglesia. Y la única razón por la que no fallas más veces es porque Jesús también está orando por ti (Juan 17:20, Hebreos 7:2 5).

La aplicación práctica es bastante evidente: si Jesús necesitaba orar, tú también. Si estás esperando a que te apetezca o a que te mueva el Espíritu a orar, no lo has captado bien. El Espíritu Santo ya te ha movido a orar mediante la instrucción y el ejemplo que te dejó Cristo.

“Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda” (1 Timoteo 2:8)

El Poder de la oración en la Biblia

Pablo, al preparar a Timoteo para el ministerio, quiso que éste entendiera cómo funcionaba la iglesia. Por eso, comenzó con lo fundamental: la oración. Lo que Pablo estaba diciendo era: ‘Antes de ponerte a hacer nada, ora. Antes de enseñar nada, enséñales a los tuyos a orar’. ¿Por qué? Porque si Dios no está de tu parte, ¡nada te saldrá bien! La mayoría entendemos esto con la cabeza.

Decimos una oracioncita al salir corriendo de casa, bendecimos la mesa antes de comer, iniciamos el culto con oración, pero pocos comprendemos la verdadera importancia de ésta. Pablo no quería que Timoteo se despistara ni que tuviera la idea errónea respecto al lugar que ocupa la oración en la iglesia. A veces nos engañamos creyendo que podemos “hacer que sucedan cosas” sin orar.

Si una iglesia no es de oración, da igual lo bien que predique el pastor, lo bien que cante el coro o lo bonito que sea el edificio; para que la obra progrese, Jesús dijo: Mi casa será casa de oración (Lucas 19:46). Oswald Chambers escribió: Vemos la oración como un medio para conseguir cosas para nosotros, pero el concepto bíblico consiste en que conozcamos cada vez mejor a Dios.

No vas a la iglesia sólo para escuchar un sermón animado o una canción bonita. Vas a encontrarte con Dios. El pastor y el coro son los canales a través de los cuales Él puede hablar, pero no hay nada que sustituya a la oración. No es cuestión de sentimientos; tu crecimiento espiritual y tu supervivencia dependen de ella. Así que si has perdido tu hábito de orar¡vuelve a recuperarlo!

ENSEÑARLES QUE DEBÍAN ORAR SIEMPRE, SIN DESANIMARSE (Lucas 18:1)

Si alguien amenazara a tu casa o a los tuyos, ¿no los defenderías? Pues están siendo atacados, aunque el enemigo es invisible. Pablo afirma que gran parte de la responsabilidad a la hora de parar esos ataques corresponde a los varones cristianos. Quiero que los hombres oren en todo lugar (1 Timoteo 2:8).

Aquí la palabra hombres no se refiere a la raza humana, sino al género masculino. Ahora bien, eso no significa que sólo los hombres tengan que orar, puesto que es una tarea de todo cristiano. Tampoco quiere decir que la oración sea la única tarea,¡pero sí la primera! John Bunyan dijo: ‘Puedes hacer más cosas además de orar después de haber orado, pero no antes”.

Santiago escribió: “La oración eficaz del justo puede mucho” (Santiago 5:16). Fíjate en la palabra “justo”. Cada uno de los creyentes está revestido de la justicia de Cristo, lo que significa estar a buenas con Dios. Hay dos clases de justicia:la posicional (tu posición delante del Señor) y la práctica.

Tienes que practicar la justicia a diario dejando que el Espíritu Santo te limpie, te llene y te use. Igual que no quieres beber de un vaso sucio, Dios no quiere oír las oraciones de un cristiano cuya vida esté llene de basura. La oración a la que Dios responde:
1) tiene que hacerse con un corazón limpio.

2) debe ser seria e intensa; no consiste en lanzar al aire unos cuantos deseos para ver cuáles elige cumplirte Dios.

3) tiene que estar en consonancia con la Palabra de Dios y Sus propósitos.

4) debe provenir de un corazón firme porque el que duda no recibe nada del Señor (Santiago 1:6-8).